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Fútbol Nacional

De utilero del campamento a campeón con el “ciclón”

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Óscar Javier Murillo Acosta fue un ejemplo de perseverancia y de entrega en el fútbol hondureño, desde niño soñó con vestir la camisola azul del Motagua y lo consiguió en base a esfuerzo y determinación, trabajando desde niño hasta alcanzar sus sueños.
Fue utilero del recordado Club Campamento que jugó en Liga Nacional en 1976 y luego se vino a estudiar a Tegucigalpa, donde terminó sus estudios secundarios, y además se enlistó con el primer equipo azul, donde vivió de todo, sufrió los 13 años de maldición sin título, pero cumplió su cometido campeonizar y luego se marchó del club por solidaridad con el entrenador Ángel Ramón Rodríguez.
El excontención del ciclón hoy se muestra orgulloso de la Academia de Fútbol que lleva su nombre, aunque compite como Real España en las ligas menores de Tegucigalpa, pero además es parte de los gerentes de instalaciones de Conapid, donde tuvo el privilegio de administrar el estadio El Birichiche hasta que el Estado se lo regaló a la Federación de Fútbol de Honduras.
¿Cómo inició su historia en el fútbol?
En mi tierra natal Campamento, sobre todo en la escuela, siempre me dije que iba ser jugador de fútbol y del Motagua, lo conseguí y hoy estoy satisfecho.
¿Qué hacías en tu pueblo?
De todo, incluso lustré los tacos de los jugadores de Campamento, que estaban en Liga Nacional, no me avergüenzo de ello, más bien de allí me motivé para lograr mi sueño de jugar en Liga Nacional. Recuerdo a la mayoría de los jugadores del club que apenas estuvo un año por la situación económica, no era lo mismo la Liga Mayor donde le ganaron el ascenso al Lenca de El Progreso, como encarar Liga Nacional, e incluso todos los partidos de local los jugaron en Tegucigalpa.

Óscar Murillo, un fiero contención que asegura que el técnico que manda golpear a un adversario es mala leche, mala persona.

Óscar Murillo, un fiero contención que asegura que el técnico que manda golpear a un adversario es mala leche, mala persona.


¿A qué jugadores recuerda del Campamento?
A casi todos, pero puedo mencionar al recordado chileno Arturo del Carmen Díaz, al brasileño Lula Dos Santos, Nayra (QDDG), Díaz, y otros, muy buenos jugadores que lastimosamente solo estuvieron un año en Liga Nacional.
¿Y al Motagua cómo llega?
Nadie me invitó, vine en 1982 a realizar una prueba el 7 de enero, estaba don Carlos Padilla, y rápidamente me quedé en el club junto a 11 promesas de 300 que hicimos la prueba. Debuté en la tradicional gira que hacía el club a Coyoles Central y lo hice como lateral derecho, aunque mi puesto era de central. De los conocidos que se quedaron conmigo estaban Víctor Duarte, quien jugó en Súper Estrella y David Ponce, quien posteriormente estuvo en Olimpia.
¿Inicia en una época complicada del Motagua?
La década perdida de los 13 años sin títulos, muy difícil, buenos jugadores, pero sin resultados. Comencé a jugar en 1983 y mi debut fue frente al Marathón. En esos años sin embargo tuvimos la mejor participación del club en Concacaf en 1986, cuando llegamos a semifinales, eliminados de la final por el Penbruck Hamilton de Bermuda por diferencia de goles. Jugar en Bermuda fue una odisea, una cancha abierta, con pésimo alumbrado, allí sacaron el resultado y nos eliminaron de la competencia.
Aquí en el Súper Motagua junto a él aparecen Célio “Chimpilín” Herrera, Donaldo Reyes, Juan Gómez Ortiz y Amílcar Lanza Brevé.

Aquí en el Súper Motagua junto a él aparecen Célio “Chimpilín” Herrera, Donaldo Reyes, Juan Gómez Ortiz y Amílcar Lanza Brevé.


¿Quién lo descubre cómo contención?
Después de jugar de lateral, tuve la gran dicha de pasar a ser central y jugar con el recordado Luis Cruz, yo como marcador, fue algo muy importante en mi carrera, pero posteriormente Rubén Guifarro me ubica de contención, posición donde me sentí más cómodo por mi facilidad física de correr y marcar sin parar, en ese tiempo la prensa deportiva decía que los mejores contenciones del país eran Antonio “Flaco” Hernández, Mauricio “Guicho” Fúnez y su servidor, pero no tuve la dicha de ir a la selección al igual que el Flaco, no así Fúnez quien para dicha de él siempre fue llevado al combinado nacional.
Contención, ¿los menos apreciados?
En mi tiempo hacíamos el trabajo sucio, las coberturas de los compañeros, pero siempre en buena lid, el contención moderno quita y entrega el balón, se convierte en un nuevo creador de fútbol.
¿Algún entrenador le pidió que lesionara a un contrario?
Nunca, el entrenador que haga eso es una persona mala leche, ya que todos los jugadores vivimos del fútbol, no es posible cortarle la carrera a alguien por mala intención, a mí me exigían marcar fuerte al balón, nunca dañar a un adversario, de hecho solamente una vez fui expulsado por defender a un compañero, no por agredir a nadie.
Pero, ¿le tocó marcar grandes creativos de nuestra Liga?
No fue fácil, nunca los dañé, era una misión complicada, aunque la física me ayudaba, recuerdo a Juan Carlos Espinoza, Alex Pineda Chacón, Leonel Machado, Juan Craniotis, Jorge Pineda, Luis Abdeneve, eran difícil de marcar, pero algunas veces me ganaban y en otras yo a ellos.
El futbolista ha sido un gran padre para sus hijas, aquí aparece con la más pequeña de la casa Aloida Murillo.

El futbolista ha sido un gran padre para sus hijas, aquí aparece con la más pequeña de la casa Aloida Murillo.


¿A qué dirigentes de Motagua recuerda?
Mi primer contrato lo firmé con Marco Tulio Gutiérrez, me dio 250 lempiras. En general mi mejor relación fue con los Atala, Edy incluso era parte del equipo como delantero y ya en el plano dirigencial hizo un gran trabajo al igual que su hermano Pedro. Don Gilberto Díaz era el tesorero, nos pagaba el sueldo, hacíamos grandes colas en su oficina el día de pago, eso no era tan agradable, pero eran otros tiempos. También tuve malos recuerdos de algunos como Vicente Williams, con quien tuve problemas porque yo era el líder del grupo de jugadores y en algunas ocasiones tuvimos divergencias.
Él se las desquitó después cuando fui asistente de Chito Reyes en la segunda de Motagua, dándome un sueldo miserable, eso provocó mi salida definitiva del club al que tanto amo.
¿Y cómo jugador por qué te fuiste de Motagua?
Por ser solidario con el mejor entrenador que tuve en mi carrera, “Mon” Rodríguez, había un grupo de jugadores y un gerente que estaban conspirando para sacar al profe Mon, y lo consiguieron, por lo que yo me fui con él, ambos llegamos a Guatemala, pero tuve un descuerdo con él y tuve que regresar al país. En la siguiente temporada luego del fracaso de Roberto Abrussezze con Motagua, me llama “Primi” Maradiaga para que vuelva al club, puse mis condiciones y cuando me las estaban aceptando, el grupo de excompañeros que sacaron a Mon querían conspirar contra mí, entonces decidí irme y buscar otro equipo. No vale la pena mencionar sus nombres, ellos saben lo que hicieron, destruyeron un gran plantel que pudo ganar más títulos.
¿Es cierto que en esa época, el club tenía tres grupos de jugadores?
“Mon” supo esquivar esa adversidad para ganar esa copa tan sufrida después de 13 años, llamó a cinco jugadores líderes, entre ellos el uruguayo Vicente Daniel Viera y su servidor, así pudo unirnos en el objetivo del campeonato, pero en la siguiente campaña un grupo de excompañeros conspiraron para sacar a Mon, hasta que lo lograron.
Su gran nueva tarea y orgullo, enseñar a los niños de su Academia de Fútbol desde hace 15 años.

Su gran nueva tarea y orgullo, enseñar a los niños de su Academia de Fútbol desde hace 15 años.


¿Y su único gol que pudo ser el de campeonato en 1990?
Todo mundo bromea con eso, fue mi único gol en Liga Nacional, nunca me atrevía a pegarle al balón, esa noche lo hice, no recuerdo bien como, he visto pocas veces el video, observé que “Tile” Arzú intentó sacarlo, yo solo salí corriendo a celebrarlo a la banca donde Marvin Henríquez no sé qué me dijo, algo inolvidable, pero no fue de título porque Richardson Smith nos hizo dos goles y nos quitaron el campeonato.
¿Siempre usó el 18?
Lo pedí porque llegué de esa edad al club, pero en ese momento el dueño era Roberto “Muñiña” Escalante, quien al retirarse me dijo que lo heredaba y que hiciera honor a él. Interinamente usé el dos hasta que quedó libre.
¿Y después de Motagua qué pasó?
Una etapa distinta pero muy buena, tres ascensos con clubes capitalinos, acompañé a Carlos “Carlón” Martínez, quien tenía buen ojo para llegar a equipos que ascendieron y así ayudamos al Broncos, Universidad y el Atlético Indio.
¿Es entrenador de fútbol?
Dejé el fútbol pero no del todo, tomé los cursos y estuve un par de años en Motagua como asistente de “Chito” Reyes, nunca me promovieron y un día estando en la cancha de La Vega con mi hijo Daniel, se me vino la gran idea de crear una Escuela de Fútbol, que inicialmente se llamó “Chito” Reyes, en honor a un amigo y excompañero, luego la cambié a mi nombre.
¿Qué tal la Academia Óscar Murillo?
La Academia lleva mi nombre, pero en la Liga lo registramos como Real España, he recibido a ayuda de Juan Ramón Melgar, pero la dirigencia central se ha negado a financiarla por lo que nos mantenemos con las aportaciones de los padres de familia, donde tenemos seis categorías, con un promedio de 25 niños por cada una, donde además de formar buenos futbolistas pretendemos sacar muy buenas personas.
¿Hay frutos en Liga Nacional?
En 15 años de trabajo, ya tenemos jugadores en clubes de liga como Joshua Nieto del Motagua, quien además ya es seleccionado Olímpico. A ellos no se les corta la posibilidad de ir a un equipo de Liga Nacional, al contrario, es un gran paso y prestigia el trabajo que uno hace por tanto tiempo.
¿A qué más se dedica?
Hace algunos años Conapid me contrató para administrar el estadio El Birichiche, por mi experiencia en el manejo de niños, pero al entregarle la instalación a Fenafuth, regresé al Complejo Deportivo José Azcona con mi labor en otras instalaciones deportivas.
Por: Geovanni Gómez
@geovannygo

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