A 23 años de la partida de don Pedro Atala

Justamente hace 23 años el fútbol hondureño sufrió una pérdida irreparable, con la partida del sportman Pedro Atala Simón, quien rendía la jornada de la vida en medio de la tristeza de su familia, los aficionados de Motagua y de otros clubes que lo admiraron como dirigente y persona.

Es que dirigentes como don Pedro Atala se extrañan en estos tiempos, ya que fue un personaje unificador, líder, de respeto que puso orden en entes como la Fenafuth y la Liga Nacional que precisamente acusan de este tipo de caudillos.

De ambos organismos fue presidente y nunca fue una persona que dividió, más bien unió en un solo objetivo, el país, prueba de ello es que la Liga Nacional mantuvo su sede en San Pedro Sula, a pesar de que muchos reclamaban que debería ser en la capital y cuando le tocó decidir en 1974 entre un título para su amado Motagua y la división del fútbol, declinó al campeonato como un caballero y se mantuvo la armonía en el fútbol nacional, a pesar de que la Ley amparaba a su equipo a jugar otro partido adicional, sin embargo Real España celebraba en las calles y evitó una tragedia entre aficionados de ambos clubes.

La ausencia de un líder deportivo como lo fue don Pedro Atala Simón siempre es difícil de suplir, su don de gente, su mentalidad empresarial, pero sin dañar a nadie ya no se encuentra en nuestros dirigentes deportivos actuales, ni de los clubes, de la Liga y mucho menos de la FENAFUTH, donde seguimos añorando gente recta que tomaba decisiones en favor del fútbol general y no de un sector en particular.

Su gran amor fue el Motagua, era el alma administrativa de su equipo, siempre bien respaldado por sus grandes amigos como Daniel Matamoros (QDDG), Marco Tulio Gutiérrez, Salvador Lamas (QDDG), Mario Rivera López (QDDG), Heriberto Gómez (QDDG), Juan de Dios Vides (QDDG), Manolo Giraldez (QDDG), Gilberto Díaz del Valle (QDDG), Leonel Gianini, doña Argentina de Bulnes (QDDG), Héctor Bulnes, Pio Voto, entre otros.

Poco a poco también fue inculcando a sus hijos Eduardo y Pedro ese legado que han seguido al pie de la letra, al igual que sus sobrinos Camilo y Javier, y hoy sus nietos ya también llevan sobre sus hombros ese legado familiar y será transmitido por generaciones, ya que Motagua y la familia Atala es un binomio perfecto. (GG)