Las críticas arrecian desde todos los ámbitos y la permanencia de Rubiales en el cargo se antoja cada vez más difícil.
Después del presidente en funciones del gobierno español, la Asociación de Fútbolistas Españoles (AFE) e incluso una de las jugadoras más conocidas, la estadounidense Megan Rapinoe, turno para la Liga Profesional de Fútbol Femenino, que reclamó la inhabilitación del presidente de la RFEF.
«Que un jefe agarre de la cabeza a su trabajadora y la bese en la boca, sencillamente, no puede tolerarse», escribió la Liga F, indicado en un comunicado difundido en su página de internet que presentó «una denuncia ante el presidente del Consejo Superior de Deportes» (CSD).
«Una de las mayores gestas de la historia del deporte español se vio ensuciada por el bochornoso comportamiento del máximo representante del fútbol español que, una vez más, y guiado por su continuo y habitual afán de protagonismo, demostró no estar a la altura del cargo que ostenta», se puede leer en el comunicado.