A 12 años de la despedida de Wilmer «Matador» Velásquez

Justamente hace 12 años se retiraba el goleador histórico de la Liga Nacional, Wilmer Neal Velásquez, con un partido clásico ante la Liga Deportiva Alajuelense, donde sus amigos y ex compañeros, le acuerparon en un estadio Nacional lleno y emotivo, acto presidido por el recordado presidente del club Olimpia, José Rafael Ferrari (QDDG)

“Hoy le entregamos a Wilmer 1,359,727.00 lempiras, que fue el total que se recaudó en su partido de homenaje. Nos sentimos muy contentos de poder haberle dicho adiós como a todo un campeón”, declaró Ferrari.

Wilmer muy agradecido con el apoyo de la afición olimpista: “Agradezco de todo corazón a la afición del fútbol hondureño en general. Me llevo recuerdos muy hermosos de todas las canchas y todos los rivales que enfrente. Me siento en deuda con don Rafael, siempre confió en mí y me trató de maravilla”, afirmó.

EL HOMENAJE:

Olimpia despidió a su máximo goleador histórico, el Nacional con más de 20 mil olimpistas en las gradas y Wilmer no defraudó, llegó un gran rival, nada más ni nada menos que el tricampeón de Costa Rica, Olimpia quería despedir a su figura, pero también quería dar una gran impresión ante la hinchada y despedir con victoria al «matador».

Diferentes reconocimientos recibió el goleador antes del arranque del juego, recalcando el reconocimiento de plata que le entregó el club.

Se le despidió como un grande o un histórico jugador que se retiraba del fútbol activo, el Alajuelense y los jugadores del Olimpia le hicieron el pasillo previo al inicio del encuentro, demostrando lo grande que fue su carrera.

No podía irse sin gol y una recuperación de balón en el campo del Alajuela, Boniek García habilitó a Velásquez, quien se colocó y remató sólido, el arquero atajó mal y se le escurrió el balón al fondo de las redes, haciendo estallar al Nacional de la alegría, y el «Matador» por última vez, hizo su clásica celebración ante la Ultrafiel, cómo en los viejos tiempos, pero esta vez con la camiseta del Centenario.

El llanto llegó al eterno goleador recordando la alegría de anotar un gol, un gol celebrado cómo si fuera un gol que decidió un título, fue un momento mágico, inolvidable, e histórico, pues este partido será recordado por siempre, máxime cuándo Olimpia no ha solido hacer este tipo de homenajes. (GG)