Dominik Greif paró dos penaltis, decisivos para que el Mallorca se proclamara finalista de la Copa del Rey en Atocha frente a la Real Sociedad, mantuvo imbatida su portería hasta los octavos de final de la competición del KO, y también fue determinante en el empate (0-0) ante el Valencia en LaLiga.

El «factor Greif» puede jugar un rol relevante el sábado 6 de abril en La Cartuja frente al Athletic Club de Bilbao, precisamente el día en el que el meta eslovaco cumplirá 27 años.

Así lo entiende su entrenador, el mexicano Javier Aguirre, el equipo y la afición bermellona, que ya lo ha elevado a la categoría de guardameta histórico del club junto al marroquí Ezaki Badou y el argentino Carlos «Lechuga» Roa, entre otros.

El internacional eslovaco, a la sombra del serbio Predrag Rajkovic, bajo los palos, debutó en Mestalla en el campeonato liguero con dos manos providenciales para evitar el gol de los valencianistas tras una falta directa de Pepelu y un cabezazo de Hugo Duro.

Aguirre fue el primero en expresar su satisfacción por el partidazo de Greif: «Es un portero en toda la regla. Jugó bien el sinvergüenza, aunque cuando llegué (marzo de 2022) estaba liquidado, cojo, encorvado, no hablaba una pelota de español. Estaba destrozado, jodido. Iba a su país, se infiltraba y volvía. No sabíamos qué hacer con él y a base de todo tipo de terapias lo rescatamos».

Tras jugar 132 partidos con el Slovan de Bratislava e internacional con Eslovaquia en cuatro ocasiones, el nuevo héroe de los seguidores mallorquinistas llegó a la isla en calidad de cedido con opción de compra en 2021.

Greif se incorporó a los entrenamientos del club balear, pero tuvo que volver a su país ante las nueva condiciones que exigía el Slovan. Entonces, surgió el hashtag #FreeDominik, una campaña para traer de vuelta al portero que tuvo una gran repercusión, hasta la firma de un contrato que le vinculaba al Mallorca hasta 2026.

Tampoco sus inicios fueron fáciles. Encajó tres goles en su debut en la derrota ante el Osasuna en Son Moix (2-3 el 26 de septiembre de 2021), dos de ellos que comprometieron su fiabilidad bajo los palos, y sufrió lesiones que le impidieron tener continuidad.

Meses después de su fichaje, la afición se preguntaba si había valido la pena confiar en el gigantón balcánico (1.97 metros de estatura), al que algunos comparaban con el belga Thibaut Courtois del Real Madrid.

Greif, con grandes dosis de esfuerzo y paciencia, lo superó todo: las dudas que generaba, problemas musculares, de espalda, la covid.

Todo eso ha quedado atrás. Dominik Greif es el nuevo e inesperado héroe de la afición bermellona, que espera celebrar el segundo título de la Copa del Rey y cantarle «feliz cumpleaños» el 6 de octubre en el estadio La Cartuja de Sevilla. EFE