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Dinamo de Kiev niega entrada al estadio a aficionados del Partizán por sus lazos con Rusia
El Dinamo de Kiev ucraniano anunció horas antes de recibir al Partizán de Belgrado, en partido de la fase previa de la Liga de Campeones, que se disputará en Polonia, que no permitirá la entrada al estadio de los aficionados rivales debido a los lazos con Rusia que mantiene el club serbio.
“Hemos tomado la decisión de no permitir la presencia de aficionados visitantes en el estadio”, explicó el club ucraniano en un comunicado en el que también se dan por cancelados todos los eventos relacionados con el partido que demanden la presencia de jugadores o representantes de ambos equipos.
El Dinamo de Kiev atribuye la decisión al hecho de que el Partizán haya decidido jugar recientemente partidos de preparación en territorio de la Federación Rusa. El último de estos encuentros se disputó el 11 de julio y enfrentó al club serbio con el Lokomotiv de Moscú.
“Ucrania pasa hoy por el momento más difícil de su historia debido a la guerra sangrienta del país terrorista. Es por ello que el Dinamo condena a todos aquellos que ayudan a Rusia y en particular a quienes apoyan el deporte ruso”, dice el comunicado del equipo de Kiev.
Ucrania ha pedido a todos los clubes y federaciones deportivas internacionales que boicoteen en la medida de lo posible el deporte ruso. La elección de Rusia para disputar partidos amistosos ha sido interpretada en Ucrania como una muestra de apoyo a ese país.
El Partizán y otros clubes deportivos serbios tienen una larga amistad con clubes rusos. Rusia y Serbia tienen una estrecha relación histórica que ha hecho del país balcánico una de las naciones europeas que más apoyan a Rusia en esta guerra.
El Dinamo-Partizán de este martes se juega en la ciudad polaca de Lublin, ya que los clubes ucranianos no pueden disputar partidos en su país debido a la agresión militar rusa. El partido corresponde a la segunda ronda de la fase de clasificación para la Liga de Campeones. Ambos equipos volverán a medirse en Belgrado el 31 de julio. EFE