Fútbol Internacional
China nacionalizará al brasileño Serginho para reforzar selección
La Asociación China de Fútbol (CFA) comenzó el proceso de nacionalización del brasileño Serginho y el congoleño Oscar Maritu, dos futbolistas extranjeros que podrían reforzar la selección nacional en 2025.
El objetivo, según informó este jueves el diario local The Paper, es contar con ambos jugadores para la ronda de marzo de la fase final de las clasificatorias asiáticas al Mundial de 2026.
Ambos deportistas cumplen los requisitos exigidos para el cambio de nacionalidad, entre los que destaca el haber residido cinco años consecutivos en el gigante asiático.
Serginho, mediocampista del Changchun Yatai durante las cinco últimas temporadas y en conversaciones para fichar con el Beijing Guoan, ambos de la Superliga China (CSL), según los medios locales, es considerado una opción clave para fortalecer el mediocampo, una de las zonas más débiles del combinado nacional chino.
Por su parte, Oscar Maritu, delantero hasta ahora del Cangzhou Mighty Lions y reciente fichaje del ascendido a la CSL Yunnan Yukun, ya inició los trámites para renunciar a su ciudadanía congoleña.
El anuncio llega en un momento crucial para el fútbol chino, que ocupa el último lugar en su grupo de clasificación para el Mundial 2026, aunque sigue con opciones matemáticas de avanzar, al hallarse a un solo punto del segundo clasificado, Australia, tras dos victorias consecutivas ante Indonesia y Baréin.
Esta medida refleja el renovado interés de la CFA en la naturalización de jugadores, una práctica que fue común entre 2019 y 2020 con casos como los de los brasileños Elkeson (Ai Kesen), Alan Carvalho (A Lan) y Fernandinho (Fei Nanduo), o los ingleses con origen chino Nico Yennaris (Li Ke) y Tyias Browning (Jiang Guangtai), pero que no había tenido continuidad en los últimos años.
Mientras Serginho podría aportar creatividad y control en el mediocampo, Maritu ofrece velocidad y capacidad ofensiva, aunque su inclusión estaría competencia directa con Zhang Yuning, el actual delantero titular.
Sin embargo, expertos advierten que la nacionalización, que sigue el ejemplo de países asiáticos como Japón, Indonesia y Emiratos Árabes Unidos, que han usado estrategias similares con éxito en el pasado, no soluciona los problemas estructurales del fútbol chino, como la falta de desarrollo de talento local y una base sólida.
El pasado mes de octubre, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, afirmó en Shanghái que, para el desarrollo del fútbol en China, “no hay atajos; la única fórmula que funciona es el trabajo arduo”.
Por su parte, las autoridades balompédicas chinas consideran que un «entorno positivo» para la opinión pública es una «condición necesaria» para el desarrollo saludable del fútbol y una garantía crucial para superar la crisis actual del deporte en el país, asolado por constantes casos de corrupción y problemas económicos en las categorías profesionales, lo que requiere «construir una imagen positiva» y «liderar proactivamente la narrativa».
El Gobierno chino presentó en marzo una nueva reforma del fútbol base con metas para 2025, 2030 y 2035, orientadas a integrar «educación y deporte» y consolidar la Liga de Fútbol Base de China como el torneo principal para menores.
Este plan entra dentro de los cambios que se vienen realizando desde hace más de un lustro para avanzar en la consecución de los tres deseos en cuanto al fútbol del presidente de China, Xi Jinping, un reconocido aficionado a este deporte: que el país se clasifique para una fase final de un Mundial, ser anfitriones de una cita mundialista y proclamarse campeones del mundo antes de 2050.
China tan solo ha participado en una fase final mundialista, en el Mundial de Corea y Japón 2002, bajo la dirección del serbio Bora Milutinovic. Perdió sus tres partidos, contra Costa Rica (0-2), Brasil (0-4) y Turquía (0-3). EFE