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Exhibición poderosa del Bayern
Más allá de la distancia con la que acaba el año y si sentencia o no el ‘campeonato’ invernal, que dependerá del resultado del sábado del conjunto de Xabi Alonso contra el Friburgo, es un victoria indispensable para el Bayern, porque fulmina cada duda surgida acerca de su firmeza en el momento más comprometido hasta ahora del curso, cuando había cedido cinco de los últimos nueve puntos.
Y, además, contra el cuarto clasificado, un Leipzig que había ganado sus dos últimos partidos y que terminó el duelo entre la alarma que provoca la lesión de Henrichs en los instantes finales. Sus gestos de dolor son mala señal. Aparentemente fue en el tobillo.
En 28 segundos marcó el 1-0 contra el Leipzig, devorado por la magnífica precisión y velocidad con la que se desató el conjunto local en cuanto Orban entregó un pase fallido en la salida. Kimmich la interceptó para jugar de primeras hacia Kane, que reapareció de una lesión 20 días después y cuyo taconazo lanzó por la banda derecha a Olise.
Su pase lo remachó Musiala. La séptima asistencia del primero en este curso (luego daría la octava, aparte de haber marcado nueve tantos). El decimocuarto gol del segundo. Y el cuarto en los últimos tres encuentros del fenomenal centrocampista internacional alemán.
No le bastó al Bayern con el 1-0. Lo comprobó de inmediato. En su único tiro en todo el primer tiempo, el Leipzig logró el empate. Al minuto y 42 segundos. Desbordante Lois Openda con su tremenda velocidad por la banda derecha, su pase al centro del área lo conectó con suma efectividad Bejamin Sesko. Su derechazo fue el 1-1. Un espejismo.
El Bayern lo presionó, lo asedió, lo derribó y lo goleó. En el minuto 25 recuperó su ventaja, con el 2-1 precioso de Konrad Laimer. Su pared con Olise fue imparable, igual que su volea ya dentro del área. Un golazo. En el 36, Kimmich lanzó el derechazo del 3-1 desde lejos. A 114,48 kilómetros por hora fue su disparo. Tres de sus cuatro tiros entre los tres palos hasta entonces fueron gol. Ya había propuesto nueve remates, aunque cinco habían ido fuera.
Davis se cruzó al amenazante contragolpe de Openda en el inicio de la segunda parte, en el que, después, no acertó Sané con el 4-1. También Olise apuntó al gol, pero se le fue alto su remate, con el triunfo firme del Bayern sólo inquietado inicialmente por alguna esporádica carrera de Sesko u Openda que terminó en nada, sin remate sobre la portería de Peretz, sustituto del lesionado Manuel Neuer, pero más tarde por una ocasión del mismo Openda.
Un mínimo y fugaz margen a la duda sobre la victoria concluyente del Bayern, que se exponía en su defensa, en un encuentro de ida y vuelta, por la ambición que desprende el grupo de Vincent Kompany en cada presión, en cada ataque, en cada pugna por el balón y en cada ocasión que provoca en el área contraria, como el remate con la derecha de Kane que repelió riguroso Peter Gulacsi.
No especula el conjunto bávaro, que aplacó definitivamente a su adversario en la misma medida que insistió en más goles. El cuarto fue de Leroy Sané, que definió a la perfección con la izquierda. Era aún el minuto 75. En el 77, Davies se sumó a la fiesta, con el 5-1 de cabeza en un centro fantástico de Kimmich. Más diversión. Victoria incontestable. Líder irrebatible.