La etapa del luso Paulo Fonseca al frente del Milan duró apenas 6 meses en los que pasó de todo: enfrentamientos con los pesos pesados del vestuario y grandes victorias en los momentos de mayor dificultad, pero sobre todo dudas e incertidumbre alrededor de un proyecto futbolístico que nunca llegó a convencer.

Cuando en junio firmó su contrato hasta 2027, Fonseca ni siquiera había sido la primera opción del club para el puesto para sustituir al italiano Stefano Pioli, arquitecto del Milan campeón del ‘Scudetto’ en 2022.

Fue el español Julen Lopetegui el nombre elegido por la directiva, pero la afición creó un movimiento multitudinario llamado ‘Nopetegui’ que frenó la llegada del vasco y abrió paso al arribo de Fonseca.

Polémica con Theo Hernández y Rafael Leao

Una vez instalado en Milán, le costó arrancar. No ganó hasta la cuarta jornada, después de empatar con Torino y Lazio y de haber perdido ante el Parma, un inicio que ya provocó las primeras dudas.

También avivó esa desconfianza sobre su figura la gran primera polémica, pues ante el Lazio castigó a Theo Hernández y a Rafael Leao como suplentes por su bajo nivel y comportamiento, evidenciando el primer síntoma de poca sintonía con el vestuario. Fue una declaración de intenciones en toda regla. Una manera de decir que él era el líder.

Volvió a perder contra el Liverpool en Liga de Campeones, un 1-3 en San Siro en el estreno en Liga de Campeones que le puso contra las cuerdas. Cinco partidos y solo una victoria ante el colista. El próximo duelo, ante el Inter de Milán, se antojó como definitivo.

Pocos esperaban que un Milan tan tocado pudiera hacer daño a un Inter campeón, pero Fonseca cambió su esquema y sorprendió al máximo rival para rubricar una victoria (1-2) en la que su equipo exhibió una superioridad desmedida, algo que le permitió volver a tener la confianza de directiva y afición.

No por mucho tiempo. Porque apenas 3 partidos después, ante el Fiorentina, volvió la polémica. Otra vez con Theo Hernández. El capitán, que seguía en el punto de mira por su bajo rendimiento, decidió saltarse las órdenes de su técnico y tiró un penalti cuando debería haberlo lanzado Pulisic. Falló, cometió un penalti y acabó expulsado por protestar.

Y fue señalado públicamente por Fonseca. Fue el momento más complicado de la temporada para un Milan que perdió poco después contra el Nápoles. Otra vez contra las cuerdas el técnico.

La gran noche en el Santiago Bernabéu

Así llegó Fonseca al duelo ante el Real Madrid en Liga de Campeones. El Milan volvió a desafiar al campeón de Europa tras 14 años. Un nuevo clásico europeo entre dos equipos con caminos muy dispares en la historia reciente, aunque con la grandeza histórica intacta. La afición volvió a sentirse en el centro de Europa después de muchos años, aunque con miedo de lo que pudiera pasar.

De nuevo fueron pocos los que tenían al Milan en sus quinielas como posible ganador del duelo. Pero, de nuevo, Fonseca volvió a resurgir de entre sus cenizas para lograr una de las victorias más importantes de la década en el equipo del ‘Diablo’. Un 1-3 en el Santiago Bernabéu que desató la euforia y que pareció reconducir una temporada desastrosa.

Otra vez un espejismo. Los dos siguientes partidos fueron empates. Volvió a ser el equipo simple que había predominado en la temporada. El trabajo de Fonseca no daba frutos y, en diciembre, volvió a caer en picado. Lejos quedaron los recuerdos de las victorias ante Inter y Real Madrid.

Porque en los últimos 5 partidos de Serie A, fueron 2 empates ante Roma y Génova, y 1 derrota ante el Atalanta. Un bagaje total de 12 victorias, 6 empates y 6 derrotas entre todos los partidos de la campaña. Algo pobre para un equipo que quiere pelear por volver a lo más alto.

Entre medias, otra polémica con Theo Hernández, al que dejó en varias ocasiones en el banquillo para dar entrada al español Alex Jiménez, canterano del Real Madrid y jugador del segundo equipo milanista.

Paulo Fonseca quiso imponer su puño de hierro en el vestuario. No le tembló el pulso para enfrentarse a dos pesos pesados como Leao y Theo, pero no obtuvo beneficio alguno en el campo. Y tampoco consiguió que el Mian evolucionara desde el inicio de temporada. Su etapa duró apenas 6 meses en los que, quitando las grandes noches ante el Inter y el Madrid, será recordada por la poca estabilidad de su proyecto. EFE