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Lukaku acaba con el Atalanta
En uno de los partidos más potentes del fútbol italiano, Lukaku marcó la diferencia. El ariete favorito de Antonio Conte fue decisivo para mantener al Nápoles en lo más alto y mandar un mensaje claro al resto de la Serie A, especialmente al Inter de Milán: el Nápoles va directo a por su cuarto título de liga.
Porque remontó a uno de los equipos más en forma de toda Europa como es el Atalanta de Gian Piero Gasperini. Y porque juega de domingo a domingo, sin desgaste al no estar vivo en más competiciones. No parece mermado tras la marcha de su estrella, el georgiano Khvicha Kvaratskhelia. Sigue con una idea de juego marcada que le valió para tomarse la venganza del 0-3 de la ida.
Y eso que no lo tuvo nada fácil el equipo napolitano, porque se encontró con una ‘Dea’ muy combativa, muy preparada, muy potente. La habitual en esta temporada. Y el golazo de Retegui en el minuto 16, con una media vuelta fantástica para fusilar a Meret, dio buena cuenta de ello. Son ya 14 goles en 19 partidos de Serie A para el italiano, desatado esta temporada.
Fueron los mejores momentos de una ‘Dea’ que, poco después, quedó reducida a cenizas por el vendaval que llegó por el perfil izquierdo. Allí, Neres hizo de las suyas y el Nápoles le dio la vuelta al partido antes del descanso.
Primero con un fusil de Politano en el 27. El extremo italiano aprovechó un rechace tras el centro de Neres y, sin miramientos, respondió a Retegui con otro golazo.
Y justo antes del descanso con el gol de McTominay. Otro jugador en plena forma, adaptado totalmente a Conte, que ha explotado su mejor versión. Llegó el peligro de nuevo por el lado de Neres, que rubricó un tacon tras un robo alto para djar a Anguissa toda la ventaja. El centrocampista vio en segunda línea al escocés, que, de primeras, fusiló a Carnesecchi.
Con el partido en la mano del Nápoles llegó el descanso. Pero este Atalanta tiene herramientas de sobra para responder. Y la mejor de todas apareció en el momento clave para devolver el empate. Lookman se plantó en el área y, con templanza, cruzó lo justo el balón para hacer imposible a Meret llegar.
Igualado el partido, llegaron los miedos y las dudas. Ocasiones de un lado y del otro. Nervios. El empate, aunque no ideal, no era malo para ninguno. Parecieron firmar tablas. Hasta que en una jugada aislada, otra vez por el perfil izquierdo, Lukaku no perdonó. Anguissa cedió otro centro medido que el belga remató con precisión para regalar una victoria fundamental. El Nápoles es más líder que nunca. El Atalanta pierde fuerza en la carrera por el ‘Scudetto’.