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Candidatos a suceder a Bach se examinan ante los miembros del COI
Incierta como pocas veces en la historia, la carrera por reemplazar en marzo al presidente del COI Thomas Bach vivirá el jueves uno de sus puntos álgidos: el examen oral de los siete aspirantes ante los miembros de la organización.
«Si uno de los candidatos es un poco débil en el oral, la elección está tan abierta que puede marcar una gran diferencia», considera para la AFP Jean-Loup Chappelet, especialista en olimpismo de la Universidad de Lausana (Suiza).
Las presentaciones del francés David Lappartient, del británico Sebastian Coe, del español Juan Antonio Samaranch y las de los otros cuatro candidatos se desarrollarán por videoconferencia y a puerta cerrada, de igual modo que la votación cuasipapal con sus drásticas reglas de confidencialidad.
No obstante, cada uno dispondrá de diez minutos ante la prensa congregada en Lausana a partir de las 10H30 GMT.
Será la primera ocasión en que se podrá escuchar a todos ellos desde que el alemán Thomas Bach renunciase el pasado mes de agosto a proseguir más allá de 2025, lanzando así la carrera por su sucesión.
Prevista el 20 de marzo en Costa Navarino (Grecia), a orillas del mar Jónico, la elección se vislumbra en las antípodas del precedente escrutinio, en 2021, cuando Bach, único candidato en liza, logró su reelección por una aplastante mayoría.
A aquel consenso que rodeó al antiguo esgrimista bávaro, al frente de la instancia olímpica desde 2013, sucede un enfrentamiento entre siete aspirantes con perfiles muy diferenciados y opiniones enfrentadas sobre asuntos de índole económica, política o medioambiental.
– ¿Unos Juegos en cinco continentes? –
Algunos son antiguos campeones -como la zimbabuense Kirsty Coventry, de 41 años, séptuple medallista olímpica en natación-, y el dirigente de World Athletics Sebastian Coe, de 68 años, doble campeón olímpico de los 1500 m y dirigente de los Juegos de Londres-2012.
Otros son dirigentes de federaciones internacionales -de gimnasia en el caso del japonés Morinari Watanabe y de esquí en el caso del sueco-británico Johan Eliasch-, o compaginan funciones, como el francés Lappartient, presidente del Comité Olímpico Francés y de la Unión Ciclista Internacional.
Por último, los dos últimos son figuras de la potente comisión ejecutiva del COI: el Príncipe Feisal Al-Hussein, hijo del antiguo rey de Jordania, y el español Juan Antonio Samaranch Jr., hijo del emblemático presidente del COI entre 1980 y 2001.
En sus programas desvelados a finales de diciembre, todos ofrecen diferentes propuestas para los retos que la instancia tiene por delante, desde los ingresos económicos, hasta el impacto del cambio climático y la inteligencia artificial.
La propuesta más llamativa de todas ella viene posiblemente de Morinari Watanabe: el japonés se desmarcó con la posibilidad de dividir los Juegos Olímpicos en cinco ciudades, cada una en un continente, con una difusión continua en ‘streaming’.
Unos meses después de la polémica sobre el género de dos boxeadoras medallistas de oro en los Juegos Olímpicos de París, la argelina Imane Khelif y la taiwanesa Lin Yu-ting, Sebastian Coe y Johan Eliasch insisten por su parte en la «salvaguardia del deporte femenino», un asunto en el que sus rivales se han mostrado más discretos.
– ¿Qué hacer con los rusos? –
En el aspecto político, los retos no son menores para un COI que históricamente se ha preocupado por «la autonomía» del mundo deportivo: ¿cómo enfocar el diálogo con Donald Trump de cara a los Juegos Olímpicos-2028 de Los Angeles? ¿qué actitud mantener ante los talibanes para proteger a las deportistas afganas? ¿cómo ayudar al deporte palestino, devastado por la ofensiva israelí? ¿y qué hacer de los rusos casi tres años después de la invasión de Ucrania?
Sobre ese asunto, omnipresente en la última parte de la era Bach, David Lappartient o Juan Antonio Samaranch Jr. avanzan con prudencia que habrá que reintegrar a los rusos al seno del deporte, pero sin precisar con qué condiciones: ¿bajo bandera neutral, a contagotas y fuera de las competiciones por equipos, como en los Juegos Olímpicos de París? ¿O recuperando himno, bandera y delegación al completo a partir de los Juegos de Invierno de Milán-Cortina en 2026?
Sebastian Coe, por contra, llevó a cabo en World Athletics una política de exclusión pura y simple, y ni siquiera menciona a los rusos ni a sus aliados bielorrusos en su manifiesto.
Su prioridad geopolítica pasa por «alcanzar mercados inexplorados con fuerte potencial, en especial en África y Asia». Una manifestación de intenciones que no pasa desapercibida, cuando la próxima gran decisión de la instancia será atribuir los Juegos Olímpicos de verano de 2036, para los que India, Sudáfrica e Indonesia son candidatas, con Catar y Arabia Saudita a la expectativa. (AFP)