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Fútbol Internacional

Dybala, Ranieri y una ‘Loba’ con piel de cordero

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Después de un inicio de campaña más que convulso, con el despido de 2 entrenadores y la forzada dimisión de la CEO del club que provocaron el caos en un equipo que coqueteó con las plazas de descenso, el Roma vive ahora el resurgir de una plantilla que con el talento del argentino Paulo Dybala y la gestión del italiano Claudio Ranieri es un combinado más peligroso de lo que puede aparentar.

El despido inesperado del italiano Daniele De Rossi, el corto período del croata Ivan Juric y la dimisión forzada de la CEO griega Lina Soulokou, amenazada incluso por una afición que también se protestó contra la directiva con el silencio en varios partidos dieron una imagen paupérrima del Roma. Fueron unos meses, entre septiembre y noviembre, que dejaron muy tocado al equipo, al borde del descenso.

La llegada de Ranieri, que había anunciado su retirada del fútbol pero no pudo decirle que no a ‘su’ Roma, ha cambiado muchos las cosas. De manera un tanto inesperada por la velocidad de reacción y la mala situación.

Son 4 partidos consecutivos sin perder los de la ‘Loba’. Y 9 seguidos si solo se cuentan los de la Serie A, donde perdió por última vez el 15 de diciembre de 2024, hace ya más de dos meses. El 2025 del equipo ‘giallorosso’ es para enmarcar en su correspondiente contexto. Ha encontrado cierta estabilidad que le permite estar poco a poco recortando puntos para acercarse a los puestos europeos, aunque todavía 9º en la tabla, a 5 puntos del objetivo.

El mejor Dybala

Todo, claro, gracias a un Dybala estelar. La ‘Joya’ destrozó este jueves al Oporto con un doblete en 5 minutos que remontó la eliminatoria y permitió estar en el sorteo que le acabó emparejando con el Athletic Club, equipo con el que ya se midió en septiembre, en la primera fase, y que terminó con empate a uno y un lamentable duelo entre aficiones: los del Roma asaltaron a algunos aficionados la noche previa al partido, y los ‘Athleticzale’ lanzaron una bengala en el partido a la grada.

Es también la temporada que más está respetando físicamente a Dybala de las tres que lleva en la capital de Italia. En la primera jugó 38 partidos, en la segunda 39 y, en esta, acumula ya 31 cuando faltan casi 4 meses de competición. Y el Roma lo está notando.

Lleva 8 goles y 3 asistencias. Números que en realidad no reflejan su importancia en el juego. Es capital en salida de balón, en construcción de la jugada y en zona de tres cuartos para crear espacios. Muchas veces, su mera presencia atrae jugadores y libera zonas que ocupan sus compañeros para hacer daño. Es el jugador por el que pasa todo el peligro del equipo romano.

Su entendimiento con Ranieri es, como con todos los entrenadores que ha tenido, máximo: «Tener grandes jugadores ayuda, tener a Dybala en tu equipo significa mucho. Además de ser un líder técnico, también es un jugador que habla, que ordena. Gracias a él nos hemos recuperado».

«Sus compañeros lo dieron todo, pero él es la mecha, la chispa. Se divierte, está bien y nunca querría ser sustituido, estoy muy contento de tenerlo», dijo el técnico tras el partido ante el Oporto.

Un equipo que tiene que convertirse en equipo

Tampoco es ahora todo oro lo que reluce en Roma. Porque el equipo, aunque en dinámica ascendente, tiene todavía muchas cosas que pulir. El partido ante el Oporto es un ejemplo muy claro. Con superioridad numérica, el Roma apunto estuvo de encajar el empat; y ya con 3-1, en la última jugada, encajó el 3-2 final. Ranieri fue muy crítico con los suyos.

«Este es un equipo que todavía tiene que convertirse en un equipo. Diez contra once, teníamos que tener cuidado y ciertos errores no se pueden cometer. Estoy supercontento, que no se me malinterprete, pero todo el mundo sabe que encajamos goles fáciles al contragolpe. ¿Y qué hacemos? Con 3-1 recibimos el gol del 3-2», apuntó.

Tiene mimbres en la plantilla el técnico. El costamarfileño Evan Ndicka atrás es un líder, en una defensa de 3 en la que le suelen acompañar el alemán Matts Hummels y el italiano Gianluca Mancini.

El argentino Leandro Paredes comanda el centro del campo con el francés Manu Koné. Arriba, con Dybala y el italiano Lorenzo Pellegrini secundando como mediapuntas, está el ucraniano Artem Dovbyk, que en las últimas semanas está dejando espacio a su, en teoría, suplente, el uzbeko Eldor Shomurodov, en una batalla cada vez más abierta.

Capítulo aparte merece el español Angeliño, que vive su mejor momento como futbolista. El carrilero izquierdo, fijo en el once titular, se ha convertido en un jugador muy querido por la afición y técnico por su calidad, su entrega, su proyección ofensiva y su carácter. Se ha adaptado a la perfección a lo que pedía el equipo.

El Estadio Olímpico de Roma funciona también como talismán en Europa, donde el equipo se refugia en sus buenos resultados de temporadas pasada: campeón de Liga Conferencia en 2022, finalista de Liga Europa en 2023 y semifinalista de Liga Europa en 2024.

El Roma no es ya aquel equipo que protagonizó unos meses vergonzosos a principios de temporada. Es una ‘Loba’ con piel de cordero porque, aunque silenciosa, lleva un gran 2025. Y los artífices de este resurgir han sido, claramente, Paulo Dybala y Claudio Ranieri. EFE

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