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Sergio Ramos: Un niño grande con pelota nueva
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Más que símbolo, leyenda o ejemplo a seguir, para los Rayados de Monterrey la llegada del español Sergio Ramos es equivalente a la de un niño con pelota nueva, que le aportará alegría a un cuadro con la defensa triste.
En su debut en el fútbol mexicano este sábado Ramos remató cinco veces, recuperó siete balones y despejó cuatro en 79 minutos, pero con lo que marcó diferencia fue con su voz de mando para organizar una zaga con el desorden de un coro desafinado.
La aparición en el torneo Clausura del español campeón mundial en Sudáfrica 2010 conmocionó el fútbol mexicano, que si bien ha visto pasar a leyendas como Eusebio, Bebeto, Ronaldinho o Butragueño, jamás recibió a un defensa con el linaje del doble campeón de la Eurocopa y cuatro veces monarca de la ‘Champions’.
A los 50 segundos del partido entre su equipo, los Rayados de Monterrey, y el San Luis, Sergio tocó su primera pelota. Instantes después comenzó a dar órdenes en la zaga con la autoridad de un ‘sensei’ (maestro, en japonés) al que todos siguieron y en el minuto 13 fue más allá: se incorporó al ataque y estuvo cerca de anotar un gol de cabeza.
Amable, casi familiares con los extranjeros como son, los mexicanos se rindieron al símbolo del Real Madrid, que con casi 39 años, más que al fútbol jugó a ser un niño con balón, después de más de ocho meses sin pisar una cancha.
«Hoy la comunión se percibió en todas las áreas; ayudó tener a un jugador de tanta jerarquía e historia como Sergio Ramos», reconoció el entrenador de Rayados, Martín Demichelis, luego de la victoria por 3-1, cuya única mancha fue que el equipo volvió a recibir gol, ocho minutos después de la salida de Ramos del terreno.
Es una verdad de perogrullo que Sergio Ramos no posee en su cuerpo el fútbol de sus 24 años, cuando se hizo campeón mundial, pero el Monterrey no necesita eso. Para la banda de Demichelis el plus del español es que será una especie de lúcido director para un coro a veces desconectado, el de la defensa del equipo.
Monterrey ha recibido 13 goles en ocho partidos, lo cual sitúa a su zaga como la quinta más insegura del torneo de liga. Sin embargo, este sábado, el cuadro bajo de los regios mantuvo el orden y si bien recibió un gol, fue por el talento del brasileño Vitinho, no por los despistes de otras veces.
Además de buscar el título en el torneo Clausura, luego de perder la final del pasado Apertura, el Monterrey pretende ganar este año su sexto cetro de la Concacaf y ser protagonista en el Mundial de clubes, en el cual ha sido tercer lugar en dos ocasiones.
Son metas accesibles porque con la llegada de Sergio Ramos, el conjunto del norte del país se ha puesto en camino de recuperar la credibilidad de su defensa y a partir de ahí hacer daño de mitad de cancha hacia adelante con figuras de calidad como los españoles Sergio Canales y Oliver Torres, los argentinos Germán Berterame y Lucas Ocampos y el mexicano Jesús Manuel Corona.
«Sergio Ramos intimida», reconoció Demichelis al terminar el partido de debut del español.
Se refirió al efecto del campeón mundial en los rivales porque para el orden del equipo el defensa será como un niño inocente de casi 39 años que aportará alegría, tal vez el primer requisito si el propósito es hacer las cosas bien en la vida y en el fútbol. EFE
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