Béisbol
José Ramírez gana el premio de jugador infravalorado de la MLB

En el béisbol, ser reconocido como un talento excepcional no siempre va de la mano con la fama.
José Ramírez, el infravalorado tercera base dominicano de los Cleveland Guardians, es el ejemplo perfecto de esto en la MLB.
En una encuesta reciente realizada por MLB.com durante el Spring Training de 2025, más de 100 jugadores anónimos votaron por los más subestimados de las Grandes Ligas, y Ramírez se llevó el primer lugar con casi cinco veces más votos que cualquier otro.
A pesar de sus números impresionantes y su consistencia, este astro sigue siendo una joya oculta en un mercado pequeño, lo que lo convierte en un nombre recurrente cuando se habla de jugadores que merecen más atención.
Ramírez, de 32 años, viene de una temporada 2024 donde rozó un hito histórico: un 40-40-40 (41 bases robadas, 39 jonrones y 39 dobles).
“Siempre rinde, juega todos los días y es un out difícil”, dijo un pitcher abridor de la Liga Americana.
Sin embargo, su personalidad reservada y el foco mediático en estrellas de mercados grandes lo mantienen bajo el radar.
Con seis selecciones al All-Star y siete top 10 en la votación al MVP, incluyendo un quinto lugar en 2024, los jugadores insisten: “Es un seguro para el Salón de la Fama, pero no se habla lo suficiente de él”.
En segundo lugar está Lawrence Butler, jardinero de los Athletics, quien a sus 24 años explotó en la segunda mitad de 2024 con 17 jonrones y un OPS de .938 en 66 juegos.
Su ascenso rápido y una extensión de siete años por $65.5 millones lo colocan como una estrella en ciernes.
Christian Walker, nuevo primera base de los Astros, ocupa el tercer puesto gracias a su poder (29 jonrones por cada 162 juegos) y tres Guantes de Oro consecutivos, una consistencia que Houston premió con un contrato de $60 millones.
Jarren Duran (Red Sox) y Kyle Tucker (Cubs) completan el top 5. Duran brilló con 48 dobles y 14 triples en 2024, mientras que Tucker, recién llegado a Chicago, se compara con Juan Soto por su slugging y disciplina en el plato.
Estos nombres, elegidos por sus propios colegas, reflejan que el talento no siempre necesita reflectores para brillar.
Para Ramírez, el reconocimiento de sus pares es un recordatorio: infravalorado o no, su legado sigue creciendo. (El Fildeo)
