Fútbol Internacional
Vuelve el Leverkusen de los milagros

El Bayer Leverkusen firmó una remontada imposible ante el Stuttgart, que desperdició un 3-1 a favor para perder 3-4, con dos goles en los minutos 88 y 94 de Angelo Stiller en propia meta y de Patrik Schick, respectivamente, que metieron al equipo de Xabi Alonso en la pelea por la Bundesliga.
Por fin volvió el Bayer Leverkusen de la temporada pasada, el de los goles salvadores en el tiempo añadido. Esa dinámica milagrosa con la que tocó la cumbre para ganar el título parecía totalmente difuminada. Sin embargo, el tiempo de los milagros para el cuadro alemán regresó cuando más lo necesitaba y ahora está a seis puntos del líder con opciones a repetir un éxito histórico.
Al Leverkusen, la lesión de Florian Wirtz y la derrota frente al Bayern Múnich (3-0) en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones parecieron marcar un antes y un después en sus opciones de luchar por un título esta temporada. Sin su estrella, y tras el varapalo en el Allianz Arena, casi nada había funcionado para los hombres de Xabi Alonso.
Antes del pitido inicial, acumulaba derrotas en todos sus partidos posteriores: 0-2 en la Bundesliga frente al Werder Bremen y otro 0-2 en el choque de vuelta ante el Bayern Múnich. Y, lo peor de todo, es que ya dejó escapar la oportunidad de recortar puntos al conjunto bávaro, que perdió la pasada jornada contra el Bochum (2-3). Ahora, tenía la opción de recortar dos unidades tras el empate del Bayern ante el Unión Berlín (1-1). Caminó sobre el alambre y salió airoso.
El Stuttgart, que pelea por terminar el curso en puestos europeos, generó multitud de adversidades al Leverkusen. Se aprovechó de la debilidad que Xabi Alonso ha señalado en varias ocasiones a lo largo de esta campaña. La falta contundencia en defensiva volvió a pasar factura y de nuevo lo pagó muy caro con un tanto clave al cuarto de hora que celebró Ermedin Demirovic.
Jonathan Tah pecó de timorato al hacer una cobertura sobre Mittelstädt. Llegó sin fuerza y aparentemente desganado a por el lateral izquierdo del Stuttgart, quien logró enviar el balón hacia el borde del área. Por allí apareció Nick Woltemade, que habilitó a Jamie Leweling para que lanzara un zurdazo que pudo despejar Lukás Hrádecky. Sin embargo, el rebote cayó en los pies de Demirovic que, prácticamente a puerta vacía, abrió el marcador.
Mención especial para Woltemade, quien se ha consolidado como una de las revelaciones de la Bundesliga. Su fortaleza física, envergadura y potencia es una auténtica pesadilla para sus rivales. De espaldas se maneja como pocos y es un procurador de espacios a sus compañeros, como demostró en el gol de Demirovic. Y, además, tiene un gran olfato goleador. Se vería en la segunda parte.
Antes del descanso, el Stuttgart firmó 45 minutos brillantes en los que anuló por completo al Bayer Leverkusen, incapaz de generar ocasiones de peligro y salvado de una desventaja más amplia por Hrádecky. El portero del Leverkusen rescató a su equipo al final del acto inicial con una intervención crucial a un disparo de Enzo Millot.
El equipo de Xabi Alonso necesitaba desesperadamente el descanso para reorganizarse. Aunque llegó como un bálsamo, de inicio no sirvió para nada. Apenas dos minutos después de la reanudación, apareció de nuevo Woltemade para infligir más daño al Leverkusen con el segundo tanto del Stuttgart.
Otra vez, una floja acción defensiva causó estragos en las filas en el conjunto alemán. Enzo Millot entró por la banda izquierda como quiso y asistió a Woltemade, quien irrumpió entre los dos centrales, completamente desubicados y sin opciones de frenar a un delantero que huele a ser el futuro de la selección alemana.
El segundo gol del Stuttgart fue un jarro de agua fría para el Leverkusen, que, sin embargo, tuvo un arranque de orgullo para intentar meterse en el encuentro. Por primera vez, consiguió hacerse con el partido y se echó hacia arriba para generar oportunidades que acabaron con el éxito de Jeremie Frimpong, que recogió un rebote dentro del área para recortar distancias.
La alegría del Leverkusen fue efímera. Y, de nuevo, por culpa de casi los mismos protagonistas y los mismos errores. Woltemade, una auténtica pesadilla, le ganó la partida a Tah, abrió el balón hacia la banda derecha, desde donde Leweling centró para Demirovic. El atacante bosnio remató frente a Hrádecky, quien detuvo el disparo con su cuerpo con muy mala suerte: el rechace rebotó en Granit Xhaka y se introdujo en su portería.
El Leverkusen aún tuvo tiempo de volver a meterse en el partido y lo hizo, una vez más, en otra jugada aislada. Esta vez fue Piero Hincapié quien se encontró con la pelota a la salida de un córner. No perdonó y permitió a su equipo durante los últimos 22 minutos soñar con un empate.
Y cuando todo parecía una pesadilla, los jugadores del Leverkusen rememoraron sus mejores sueños de la temporada pasada con dos acciones con las que dieron por sorpresa la vuelta al marcador: primero, con el gol en propia meta de Stiller y, segundo, con el acierto sobre la bocina de Schick. Nadie se lo podía creer. Era inimaginable un 3-4. Pero ocurrió el milagro. Y la Bundesliga, sigue sin dueño.
