Fútbol Internacional
Motta, el salvador que se convirtió en culpable

Cuando Thiago Motta apareció como nuevo entrenador del Juventus Turín, la afición respiró aliviada. El técnico, que había obrado el milagro con el Bolonia al clasificarle a ‘Champions’, se presentó como una suerte de salvador que, apenas 8 meses después, se convirtió en un culpable más del desastre de la ‘Vecchia Signora’.
«He vivido momentos intensos, siempre afrontados con la máxima determinación y con ganas de mejorar cada día. Agradezco a los dueños por darme la oportunidad de ser parte de este gran club, a la directiva y a toda la gente del club que me apoyó en mi trabajo diario, a los jugadores por su trabajo y compromiso desde el primer día juntos. Deseo a los aficionados y al Juventus lo mejor para el futuro», se despidió Motta este lunes a través de un comunicado oficial del club.
La realidad es que, quizá por las elevadas expectativas que en su día se generaron, la etapa de Motta en la ‘Juve’ es decepcionante. Sus dos últimos partidos, un 3-0 contra la ‘Fiore’ y un 0-4 contra el Atalanta, sumados a las sonrojantes eliminaciones de Liga de Campeones ante PSV y Copa Italia ante Empoli, fueron la máxima expresión del desastre final al que acompañaron una serie de informaciones de mala relación con el vestuario y la directiva.
Motta tomó el relevo de Massimiliano Allegri, que dejó el club ganando la Copa Italia y un enfado público monumental en el campo. Y después de un inicio sólido de campeonato, invicto en Serie A hasta el 25 de enero y con solo 3 derrotas hasta entonces -Milan en Superecopa y Sttutgart en ‘Champions’-, se le vinieron abajo los únicos argumentos a su favor: la defensa y el no perder partidos.
Perdió ante el Nápoles, perdió ante el Benfica, cayó eliminado de ‘Champions’ ante el PSV al que luego el Arsenal vapuleó, cayó ante el Empoli en Copa y perdió catastróficamente ante Atalanta y ‘Fiore’. Contra la ‘Dea’, para más gravedad, encajó la goleada en casa más alta del club desde 1957.
Pasó de ser la mejor defensa a encajar 7 goles en dos partidos. Y pasó de convencer en el inicio a ser un equipo de nuevo irrelevante, sin plan de juego, superado por el rival en un crisis constante. Igual o peor que las últimas temporadas de Allegri.
La falsa confirmación y la mala relación con el vestuario
A partir de ese momento, poco a poco se fue gestando su despido. El club fue buscando un sustituto y tanteó a Roberto Mancini y a Igor Tudor, finalmente elegido al aceptar el contrato solo hasta final de temporada.
Sin embargo, en medio de negociaciones, el club confirmó a Motta públicamente tras la derrota ante la ‘Fiore: «Estoy aquí para decir que el momento es muy delicado, pero seguimos pensando lo mismo: de esta situación salimos todos juntos», dijo Cristiano Giuntoli, director deportivo del club.
Fueron palabras justo tras la derrota ante la ‘Fiore’, el último partido antes del parón de selecciones. Desde ese momento, se precipitó todo. Hacía solo un par de semanas, la ‘Juve’, sin saber muy bien cómo, se metió en la pelea por el ‘Scudetto’, pero lo dejó escapar. La irregularidad del equipo y las lesiones condenaron la ‘Era Motta’.
En los medios italianos empezaron a aparecer informaciones sobre la mala relación del técnico con varios de sus jugadores, a los que ha hecho jugar en muchas posiciones diferentes.
Entre esos descontentos seguro está el serbio Dusan Vlahovic, el mejor pagado de toda la Serie A, prácticamente inédito en los últimos 2 partidos en los que la ‘Juve’ marcó 0 goles.
Capítulo aparte en este sentido tiene el caso de Danilo, que abandonó el club a principios de año y, por las declaraciones de su agente y suyas propias, la relación con Motta no era fluida.
Un proyecto fallido de 200 millones
Thiago Motta llegó como el gran salvador del equipo. Su proyecto comenzó con una inyección de 200 millones. Koopmeiners, Douglas Luiz, Nico González, Di Gregorio, Kalulu, Conceicao, Thuram, Cabal… y Renato Veiga, Kelly y Kolo Muani en invierno.
Es la clara apuesta de una directiva por un proyecto a largo plazo con el técnico que acabó de manera prematura, con enfados internos y con otro nuevo fracaso colectivo. La pobre actuación deportiva desató la crisis.
El objetivo de la ‘Juve’ sigue siendo el de finalizar entre los 4 primeros para jugar ‘Champions’. Por el momento es quinta, pero con opciones de entrar. Faltan 9 partidos, con rivales de mucho nivel como Roma, Bolonia y Lazio. Y otros tantos de la zona baja.
Igor Tudor, que ya conoce la casa la haber sido el segundo de Pirlo en la 20-21, se hará cargo del equipo hasta final de temporada. Como ya hizo el año pasado con el Lazio. Ahora tendrá que entrar en ‘Champions’ y disputar el Mundial de Clubes. Solo una hazaña le mantendrá en el puesto la temporada que viene, en la que el club piensa en Gasperini, Conte o Pioli. EFE
