Fútbol Internacional
El Tottenham se instala en una mediocridad permanente

El Tottenham, derrotado 4-2 por el Wolverhampton, se mantiene instalado en la mediocridad que le ha caracterizado durante toda la temporada y su objetivo hasta el final será no terminar el cuarto por la cola como el último equipo de la Premier League en salvarse del descenso.
Para eso han quedado los hombres de Ange Postecoglou, que no levantan cabeza y que sólo tienen una opción para maquillar un curso para olvidar: ganar la Liga Europa. Si consigue un título continental, es posible que su afición deje pasar uno de las peores campañas en las últimas décadas.
Precisamente, Postecoglou, con el choque de vuelta de los cuartos de final de la Liga Europa en el horizonte, hizo rotaciones. En la ida, no pudo con el Eintracht (1-1), y se jugará toda la temporada en Alemania el próximo jueves. Por eso, dejó en el banquillo a hombres importantes como Pedro Porro, Richarlison, Dejan Kulusevski, Micky Van de Ven, Lucas Bergvall o el uruguayo Rodrigo Bentancur.
Quería a sus mejores hombres descansados para su particular final y lo pagó caro muy pronto. Exactamente, tardó un minuto y 25 segundos en encajar un gol, el que marcó Rayan Aït-Nouri con un zurdazo desde fuera del área con un bote venenoso ante Vicario, que no pudo evitar el 1-0.
El tanto del Wolverhampton fue un mazazo para el Tottenham, que se fue al descanso con otro golpe en forma de gol en propia meta de Djed Spence. El 2-0 de los primeros 45 minutos sacó los colores al Tottenham, que firmó un juego deslavazado, triste y sin un objetivo claro que intentó cambiar sin éxito en los segundos 45 minutos.
Y aunque Mathys Tel dio esperanzas al Tottenham con un tanto a los 60 minutos, el argentino Cristian Gabriel ‘Cuti’ Romero cometió un error garrafal tras dejarse robar la pelota por Ryan Aït-Nouri. Se durmió en los laureles cuando podía cedérsela a Vicario y fue Jorgen Strand Larsen quien empujó el centro de su compañero.
Aún reaccionó en el minuto 85 con un tanto de Richarlison a la salida de un córner, pero esa alegría le duró apenas un minuto, el que tardó Matheus Cunha en aprovecharse de otro error garrafal del Tottenham.
En esta ocasión, lo cometió Bergvall, a quien Cunha le robó la pelota en el centro del campo cuando era el último hombre. El atacante portugués se plantó frente a Vicario, marcó, cerró el marcador y volvió a sacar los colores a un equipo cuya única esperanza para arreglar su mediocre temporada es ganar la Liga Europa. EFE
