Fútbol Internacional
El Celta sueña con la Liga de Campeones

En el inicio de la segunda parte, Borja Iglesias golpeó nuevamente al equipo de Marcelino García Toral, al que remató definitivamente Iago Aspas en el minuto 87 para asegurar el golaveraje con el conjunto castellonense, que se aleja de la cuarta plaza.
El Celta evitó que el Villarreal tuviese la pelota. Era uno de los objetivos marcados por Claudio Giráldez. Su comienzo fue fulgurante, con dos grandes oportunidades de Mingueza y Marcos Alonso. Sin embargo, esa posesión fue improductiva durante muchos minutos.
Sin fantasía o velocidad en el centro del campo, sin desbordes por los costados, el equipo celeste no inquietó al Villarreal. Fue previsible. Le costó conectar sus línea de ataque. Lo logró mediada la primera parte, cuando Beltrán coló un pase para Borja Iglesias, que acomodó el balón para un gran lanzamiento de Fer López que interceptó Kambwala.
El Villarreal vivió en la incomodidad, gris, atascado en la zona de creación. Quizás, entre otras cosas, echó de menos la jerarquía de Parejo. Su plan fue esperar algún contraataque. Sus únicas aproximaciones a la portería de Guaita fueron un centro cerrado de Barry y un cabezazo de Santi Comesaña, dos acciones nada relevantes, sin pólvora.
La quietud de Balaídos se fragmentó en el minuto 36 con la expulsión de Bailly, que vio la tarjeta roja por derribar a Alfon cuando el delantero se aproximaba al área. El árbitro interpretó que era una ocasión manifiesta de gol.
El Villarreal quedó aturdido con esa expulsión. El Celta aprovechó el momento. Subió la velocidad de su juego, acorraló al rival. Marcos Alonso avisó con un tiro de falta y un cañonazo desde fuera del área.
La siguiente llegada fue letal: Mingueza metió el balón en el área, Kiko Femenía falló cuando intentaba despejar, Beltrán devolvió el esférico al área pequeña y apareció Fer López para marcar el gol con el que el partido llegó al descanso.
El Celta continuó el acoso desde el inicio de la segunda mitad, que abrió con un peligroso cabezazo de Borja Iglesias. El Villarreal intentó estirarse. Se asomó por el área gallega con un disparo flojo de Pepe, pero esa pequeña mejoría quedó frenada de golpe con un gol de Borja Iglesias. Solo iban ocho minutos. Después de un tiro al poste de Moriba, un mal despeje de Costa, el balón llegó como una carambola a Borja Iglesias, que marcó a quemarropa.
El encuentro fue un monólogo celeste. Tuvo el control absoluto. Sumó ocasiones: dos paradas de Luiz Junior para sacar lejanos disparos de Aspas y Moriba, apariciones de Carreira por la izquierda y un claro penalti a Moriba que permitió a Aspas cerrar la goleada y alimentar las aspiraciones europeas del Celta.
