El Crystal Palace regresa a una final de la de FA Cup nueve años después, tras tumbar en el templo del fútbol inglés, Wembley, al Aston Villa de Unai Emery, castigando con gol cada uno de sus errores en los tantos de Eberechi Eze y el doblete de Ismaila Sarr.

En una semifinal trepidante el Aston Villa pagó muy caros sus errores. Cada mazazo que recibió nació de un fallo con balón, castigado con velocidad y pegada por el Crystal Palace que, además, falló un penalti.

Y eso que el equipo de Emery, con Marco Asensio muy activo en la generación de juego, se pudo adelantar. La primera ocasión clara estuvo en las botas de Rogers que perdonó a los 24 minutos. La pesadilla del Aston Villa se iniciaría a la media hora de partido, respirando primero ante el gol anulado a Mateta por falta sobre Konsa, pero pagando cara una pérdida de Pau Torres ante la presión de Sarr, que puso el balón raso al borde del área para un golpeo magnífico de Eze ante el que nada pudo hacer la estirada del ‘Dibu’ Martínez.

Intentó resarcirse Pau Torres que dos minutos después, en el 33, tuvo en su cabeza tras conectar con Asensio el tanto del empate pero cabeceó fuera. Fue junto a otro testarazo de Konsa las mejores ocasiones que desperdició el Villa para empatar, que con el partido roto y en un intercambio de golpes, pudo ser sentenciado si Mitchell hubiese marcado a placer una acción clara de gol.

No mejoró en el segundo acto el equipo de Emery que se hundió tras una doble intervención de Henderson, primero ante la potencia en el disparo de McGinn y después sacando una gran mano a la volea de Digne. Su caída comenzó en un penalti de Kamara sobre Eze que falló Mateta para desatar una de las clásicas celebraciones del Dibu, que se convirtió en lamento cinco minutos después, en el 58, cuando una pérdida en el centro del campo la castigo Sarr con un latigazo imparable para el segundo.

De nada sirvió la búsqueda a la desesperada del gol del Aston Villa que acabó el partido con otro error, en este caso de Tielemans, al que Nketiah le robó el balón para poner a Sarr en un mano a mano ante el Dibu, superándolo con sencillez en la definición en el tiempo añadido y desatando la fiesta del Crystal Palace. EFE